jueves, 12 de noviembre de 2009

Salí por aquella puerta con rejas metálicas , volví al mudo real bonito y a la vez cruel, donde unos tienen un horizonte desconocido pero claro y otros tienen un camino oscuro por recorrer , donde unas gentes ven lo que quieren ver y otras sufren lo que las unas ignoran , donde el cielo es a veces claro y a veces nublado para todos. Y se inventarían nuevas absurdas modas nuevos avances de la tecnología, pero este ridículo esquema por el que se rige el mundo no había cambiado ni un ápice en mi ausencia.

La sensación del viento otra vez en mi cara - no lo había olvidado-, lo sentí de igual manera a pesar de que este impasible amigo de la naturaleza refrescaba ahora mis facciones ya arrugadas. Caminando por la calle me di cuenta de que lo que me mostraban los libros actuales y que yo no me creía era cierto, ya no me miraban mal por la calle, no viraban la cabezal verme , las madres no apartaban a sus hijos en los parques. En ese instante vi, que la humanidad había dado un paso de la casi infinidad de pasos que tiene que dar.

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En mis comienzos laborales trabajaba como siervo para una familia rica , ya saben , un coche ,una enorme finca y demás lujos . El hombre de aquella casa se llamaba Robert , a los ojos de aquella villa ,un buen hombre de negocios , nunca se me olvidara su cara …, tenía una bella esposa , Julia ,también buena y feliz mujer a los ojos de el pueblo , pero sometida a las órdenes de su arrogante marido . Su hija Caroline… preciosa ,que nunca soportó la hipocresía de esa familia.

Caroline era mi único apoyo en esa casa , me contaba todos los secretos y desdichas de aquel mundo de apariencias donde vivía.
Una noche de las tantas que pasé sirviendo en aquella casa , marido y mujer fueron a una cena dejando a su hija en casa . Yo mee disponía a irme cuando Caroline bajó y me dijo que fuese junto ella , me cogió de la mano y me llevó escaleras arriba con entusiasmo , al llegar al piso de arriba me tapó los ojos con sus delicadas manos y me condujo hasta una parte abierta de la mansión . Cuando sus manos se apartaron de mi cara aparecí en un balcón de su habitación desde el cual pude ver el cielo como nunca lo había visto , las estrellas se veían perfectamente , tan asombrosas y desconocidas.
Ambos nos pasamos tiempo y tiempo contemplando aquellos cuerpos al aparente alcance de nuestras manos . Amplias risas y jugueteos nos hicieron continuar allí, ajenos a todo .Tras el silencio que sucedió a una amplia carcajada sus ojos azules y brillantes se posaron en los míos , a la vez que sus brazos se posaron en mis hombros rodeándome el cuello, el tiempo de aquella noche de verano se paralizó en un beso .
En aquel mismo instante los padres de Carolina abrieron el portón de la calle viéndonos .

Leí a la perfección la cara de Crol y salí corriendo por la puerta de atrás y me escondí en el bosque colindante a la finca. De allí marche por la oscuridad hacia mi casa .
A la mañana los guardias me sacaron de mi hogar como un perro y me llevaron al calabozo .
Yo no sabía lo que estaba sucediendo, y cuando me encontré en el juicio pensé que la verdad esclarecería todo ,pero que incrédulo fui al pensar que eso podría ser verdad ,que un hombre de color , de la plebe podía juntarse con una mujer blanca y con el agravante de ser rica.
Caroline no estuvo allí para ver la sentencia de 56 años de carcel por cargos de violación.