lunes, 31 de mayo de 2010

Estaba el gran Príncipe, y tan aclamado por la Princesa Rapundsel, subiendo a la gran torre en la que la ya dicha princesa se hallaba.
-No hay manera humana de subir ¡¡¡ -dijo el Príncipe.
-Vamos ¡¡¡ sonó la voz de Rapundsel desde dentro de la torre.
El príncipe tomó aire y continuó con el ascenso de la torre.
-Parecía una torre de pequeña altura pero… si que es mas alta de lo que en la distancia parece.
-Aaaaaaaa aaaaaaaaaaa aaaaahh…-se layaba Rapundsel cuyos gritos se sucedían uno tras otro durante la travesía del príncipe hacia la ventana …
-A medio camino ya voy ,mi doncella,mi pensamiento en vos me hará ascender más rápido.-el entusiasmo del Príncipe era latente, hacía de sus piernas y brazos alas que le hacían ganar altura en cuestión de segundos.
-Apúrese Príncipe mío, mi cabellera no sostendrá por mucho más su cuerpo.
El Príncipe desde aquella desesperada llamada apenas tardó un instante en llegar y atravesar apuestamente la ventana de la torre. Allí estaba la princesa agarrada con fuerza a las patas de la rústica cama. El Príncipe la ayudó a levantarse asiéndola fuertemente por los brazos . Al fin pudo contemplar su busto y cara.
-Y la doncella ¿Rapundsel? ¿Donde está?.
-Soy yo , príncipe que me vienes a rescatar , nunca di a imaginar que tan apuesto hombre viniese en mi busca.
-Oiga, usted no es la bella Rapundsel, usted no es la preciosa princesa que narraban los cantares, vaya ofensa a mi persona que otro caballero haya venido y rescatado a la Princesa y que haya dejado en su lugar a una simple fea y maltrecha posadera. Y además, ¿que es ese pestilente hedor que desprenden sus caídas carnes, y esas arrugas de su rostro?
-Oye Principito, llevo 25 años enclaustrada en esta torre, sin agua ni jabón, con calor , frío y aún encima viene un principitin a dejar este bonito cuento cojo…. No no no, tu ahora te fastidias , te casas conmigo, y si no, no haber venido; majo.-afirmó Rapundsel con total convicción y abandonando ese pomposo lenguaje que el príncipe utilizaba.
-… … -quedó perplejo.

1 comentario:

  1. Este pincipitín es un grosero: "fea, maltrecha, que sus caídas carnes despiden un pestilente hedor, arrugas en el rostro..."
    Y además seguro que no sabe ver lo que tiene delante de sus narices. Una bella princesa no puede perder su belleza solo por estar encerrada veinticinco años en una torre, y eso cualquiera que no sea un principitín jovenzuelo e ignorante lo sabría.

    Un saludo, monarca misterioso.

    ResponderEliminar